“En este hogar situado en el PIAMONTE (Italia), el estudio de arquitectura MARCANTE-TESTA firma un delicado ejercicio de EQUILIBRIO entre pasado y modernidad.”

TEXTO OSCAR DUBOŸ, FOTOS MATTHIEU SALVAING, ESTILISMO SARAH DE BEAUMONT

 

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“Retales de historia”  //  mayo 2025

SALUZZO. Tal vez no te suene el nombre de esta pequeña ciudad medieval del Piamonte (Italia), pero en el siglo XV, antes de convertirse en el origen de cruentas batallas territoriales entre la casa de los Saboya (que llegó a ostentar las coronas del Reino de Italia y el Reino de España durante los siglos XIX y XX) y el Reino de Francia, su marquesado fue extremadamente poderoso. Andrea Marcante y Adelaide Testa conocen bien el pasado de la zona, no solo porque una de las oficinas de su estudio de arquitectura está en la vecina Turín, sino también porque el apartamento de su cliente se encuentra en pleno centro histórico, rodeado de palacios, torres y construcciones centenarias. En este caso, y como bien revelan el gran fresco y el papel pintado de estilo francés encontrados en el salón, se trata de una residencia del siglo XIX. Una feliz coincidencia, dado que los creativos habían elegido una paleta de vibrantes tonos amarillos y azules inspirados precisamente en esa época; algo que les permitió tejer un hilo conductor en el resto de las habitaciones de la casa. No importaba que casi ninguna hubiera conservado mucho del esplendor de antaño (algunos detalles aquí y allá y un bello techo ornamentado en el comedor); al fin y al cabo, los propietarios querían algo moderno, con todo lo que eso implicaba. Marcante-Testa son maestros en el arte de diseñar volúmenes dentro de volúmenes, una especie de mise en abyme que les ha venido muy bien en una vivienda con estancias tan grandes. ¿Cómo es posible concebir una atmósfera cálida y rica cuando los muebles corren el peligro de perderse en el espacio? A través del diseño, claro. Buena muestra dan la ingeniosa curva de acero y madera de wengué que oculta la cocina del comedor, el mueble a medida que alberga la televisión –y a la vez redimensiona el salón– o el marco metálico con un delicado patrón que delimita perfectamente la zona del vestidor dentro del dormitorio. Aquí hay muchas (y muy buenas) ideas, propuestas que reflejan la filosofía del estudio y su compromiso con la investigación. “Es evidente que la distribución puede organizarse no solo a base de paredes, sino también de otras maneras: un separador, un color…”, confirma Andrea Marcante. “Se trata de modificar sin intervenir de la forma tradicional; es decir, sin modificar los tabiques. Básicamente, nuestras elecciones de estilo siempre están motivadas por cuestiones funcionales: el plano, cómo se dividen los espacios y cómo mejorarlos. En nuestro caso, todo parte de una manera muy concreta de entender la arquitectura. Luego podemos vestirlos, articularlos, enriquecerlos, pero las primeras elecciones siempre responden a razones precisas. Primero está el espacio y luego todo lo demás”, apunta el arquitecto. Lo único que nos queda es sentir cómo la magia de estos expertos ilusionistas se extiende por la propiedad, sentarnos en la terraza con una copa de vino y contemplar las hermosas vistas sobre los tejados. Desde este lugar privilegiado es fácil entender por qué italianos y franceses se disputaron Saluzzo con tanta ferocidad.